IX. Los curas pederastas.
A
manera de introducción al tema, consideramos pertinente reproducir un análisis del fenómeno en cuestión, que aparece en Internet:
Se propone un modelo sistémico para explicar la conducta paidofílica en
el clero de la Iglesia Católica Norteamericana. Se identifican los resultados y consecuencias y las soluciones propuestas,
y se discuten los logros relacionados. El autor visualiza el potencial del modelo
como punto de partida para la reflexión sobre problemas similares en la realidad peruana.
INTRODUCCIÓN
La crisis suscitada por las
denuncias por abuso sexual a menores en la sociedad norteamericana ha sido calificada como "la peor de su historia" por algunos analistas (Lothstein,2004).Los recientes escándalos
(Walker,2004) en el sacerdocio católico han expuesto un aspecto del mundo sexual secreto del clero a un laicado católico que
olvidó o que nunca supo de la larga historia de la sexualidad clerical ilícita de la Iglesia. Las raíces de la crisis se vinculan
con una intrincada matriz de relaciones de poder, tradiciones y enseñanzas, que,
en combinación, hicieron que el escándalo sobre abusos fuera casi inevitable.(Frawley, 2004).
La complejidad de su problemática constituye un desafío para las profesiones de la Psiquiatría y la Psicología, que requieren desarrollar una capacidad de respuesta
preventiva y remediar para superar modalidades de conducta que amenazan los fundamentos mismos de la institución. Por ello,
el presente trabajo propone un Modelo Sistémico para el análisis del Abuso Sexual de Menores en el Clero que intenta viabilizar el conocimiento acumulado hasta el presente sobre este tema hacia la identificación
e implementación de soluciones.
LA NATURALEZA DE LA PAIDOFILIA
El abuso sexual de menores se vincula con
la categoría nosológica de la paidofilia, que es considerada como una parafilia (Barlow y Durand, 2001), y como tal,
es una desviación sexual que se da principalmente en el contexto de objetos o
individuos inapropiados .
Mas específicamente, la paidofilia
(DSM-IV-TR,2000), involucra actividad sexual con un niño prepúber , generalmente
de 13 años o menos. Los individuos paidofílicos deben tener 16 años de edad o más y deben ser por lo menos 5 años mayores
que los niños involucra dos. Algunos individuos prefieren hombres, otros mujeres y otros son excitados tanto por hombres como
por mujeres. Los individuos pueden limitar sus actividades a sus propios hijos, hijastros o parientes o pueden victimizar
a niños de fuera de sus familias. Algunos amenazan al niño para evitar ser descubiertos (pag. 571).
Es infrecuente el abuso físico de la víctima (Barlow y Durand, 2001).
Los agresores de menores con frecuencia racionalizan su comportamiento como actos "afectuosos" hacia el menor o como lecciones
de sexualidad. El agresor de menores nunca considera el daño psicológico que padece la víctima y, sin embargo, estas interacciones
a menudo destruyen la confianza del niño y su capacidad de compartir la intimidad.
El desorden (DSM-IV-TR,2000) generalmente comienza en la adolescencia,
aunque algunos individuos con paidofilia informan que no se tornaron excitados por niños hasta la edad adulta. El curso es
generalmente crónico, especialmente en aquellos atraídos por los niños de sexo masculino. La tasa de recidivismo para individuos
con paidofilia involucrando una preferencia por hombres es cerca del doble de aquellos que prefieren mujeres. (Pag. 571).
MODELO SISTÉMICO DE ABUSO SEXUAL CLERICAL
Un problema complejo requiere de un modelo explicativo que involucre una diversidad de factores que presuntamente afectan los resultados en diversas intensidades,
y que pueden agruparse en los rubros de (Ivancevich y Matteson, 1980) : (a) Insumos ; (b) Abuso sexual ; (c) Resultados y
(d) Consecuencias.
Un análisis por separado se efectúa en relación con las acciones preventivas
y remediales propuestas y los logros alcanzados hasta el momento.
Nivel Intraorganizacional:
Se incluyen aquí los factores que operan dentro de la organización de
la Iglesia Católica en los niveles: (a) Individual; (b) Grupal y (c) Organizacional,
como un todo.
Nivel Individual:
Se analizan a continuación los resultados de las investigaciones que han intentado delinear las características de
los sacerdotes abusadores, las presuntas causas de su comportamiento paidofílico
y las tipologías de este sector de la
población clerical norteamericana.
Características de sacerdotes abusadores:
El análisis de Fullam (2002) y del Grupo
de Investigación del Boston Globe (2002) detectó los siguientes rasgos en sacerdotes abusadores:
1) Inmadurez psicosexual: Considerada como una característica central
de la cohorte de abusadores: Muchos entraron cuando eran tan jóvenes como de 14 años. A lo largo de su adolescencia, la sexualidad
estaba totalmente disociada del reino de la vida verbalmente validado y simbólicamente procesado. Simplemente, no podían tener
sexo de ningún tipo, hablar acerca de sexo de cualquier tipo o pensar acerca de sexo de cualquier tipo. El celibato era una
regla, pero a estos muchachos, hombres mas tarde, no se les dio guía para crecer hacia la masculinidad madura en la cual el
celibato pude tornarse una opción comprensible y libremente efectuada.
2) Paidofilia compulsiva : Búsqueda de gratificación sexual repetitiva
con menores de edad.
3) Narcisismo maligno y características de personalidad antisocial: En
aquellos que no solo eran sexualmente depredadores sino también crueles. (Kernberg, 1985).
4) Sacerdotes que fueron abusados por sacerdotes durante su niñez: En
este caso, las víctimas pueden haber entrado conscientemente al sacerdocio para deshacer el agravio del que fueron víctimas.
Queriendo reparar el agravio inferido en sus propias vidas, pueden haberse propuesto
llegar a ser los sacerdotes buenos y decentes que sus abusadores nunca fueron. O algunos de estos sacerdotes pueden
haber sido atraídos al sacerdocio antes de ser abusados, y mas tarde se tornaron decididos a que el abuso sexual por parte
de un sacerdote no iba a privarlos de una vocación que ellos creían que era un don de Dios. Inconscientemente, sin embargo,
estos sacerdotes se identificaron con sus depredadores en formas que no son claras y se tornaron como sus abusadores en algunas
formas.
Factores contribuyentes: Las razones que se aducen para explicar (Schoener,1995;
Celenza,1998; Celenza y Gabbard,2003) la frecuencia de la paidofilia en el clero
católico son las siguientes:
a. Ausencia de la figura paterna (de hecho) o la presencia de una figura
paterna degradada, bien sea en la realidad o en al mente de la madre;
b. Una tendencia hacia el pensamiento concreto o a una fantasía restringida.
c. Necesidades narcisistas intensas y no resueltas (necesidades de reconocimiento, reflejo,
orgullo)
d. Un gran temor y angustia acerca de la experiencia de la ira y la expresión
de agresión en general.
Sectores conservadores de
la Iglesia Católica atribuyen los abusos sexuales a la influencia de la homosexualidad y sectores liberales, al celibato.
Ante ello se hace necesario examinar la evidencia que podría sustentar ambas posiciones.
Homosexualidad y celibato: La
orientación homosexual, como la heterosexual (Rodríguez, 2002); es fruto de una serie de aspectos psicosociales no problemáticos,
mientras que la paidofilia-abuse el varón de menores de su propio sexo o no- supone una parafilia, una perversión patológica
del comportamiento sexual y tiene una etiología mucho más compleja y diversa que la mera orientación sexual básica de un determinado
paidofílico. Se ha observado conductas paidofílicas también en personas heterosexuales. Nadie conoce el porcentaje exacto
de sacerdotes que son homosexuales. Los estimados van del 10% al 60%.En cualquier caso, la mayoría de los sacerdotes homosexuales
no estaba involucrados en el abuso sexual de menores.
En lo referente al celibato (Goodstein,et. al. 2003), los sacerdotes diocesanos
toman dicho voto, prometiendo nunca casarse o tener sexo con mujeres. Sin embargo, se detectó (Sipe, 1995) que, mientras que
el 40% de los sacerdotes norteamericanos analizados son intencionalmente célibes,
solo un pequeño porcentaje (2%) puede decirse que han llegado a un estado de celibato absoluto. El resto muestra diversos
grados de práctica de celibato que van de interrupciones periódicas o crónicas (breves encuentros sexuales) hasta el comprometerse
en relaciones sexuales a largo plazo con hombres (10% y mujeres (20%). 80% de ellos se masturban.
A los seminaristas se les enseña que toda la actividad sexual, aparte
de la relación con mujeres dentro o fuera del matrimonio, es no casta y pecaminosa, pero no una violación del voto de celibato.
Algunos sacerdotes se apoyaban en esta distinción para racionalizar, diciendo a sus víctimas, las autoridades o a los superiores
de la iglesia que la masturbación mutua, la fellatio o el tocamiento de los cuerpos de los niños, sin importar cuán indebidos eran, dejaban su voto de celibato intacto, de acuerdo con algunas víctimas, terapeutas que trataron
a los abusadores y registros de las cortes. Sin embargo, cabe anotar que el 96%
de los sacerdotes (todos ellos obligados por el celibato) no estaban involucrados en abuso sexual. Es decir, el origen del
problema no parece estar en el celibato sino en la interacción que ocurre entre la actitud de la persona hacia el celibato
y sus propias tendencias.
En suma, la evidencia parece señalar (Informe del John Jay College, 2004))
que ni el celibato ni la presencia de homosexuales han "causado" la crisis. La mayoría de los sacerdotes homosexuales sirven
bien y permanecen célibes. El estado actual de la cuestión requiere mas investigación. (Kafka, 2005): No sabemos realmente
de manera científica qué factores son la causa del abuso. No tenemos la evidencia.
Adicionalmente, cabe señalar (Lothstein, 2004) que no existe un perfil singular del así llamado sacerdote paidofílico. En verdad, no existen estadísticas confiables sobre el número de sacerdotes que actuaron de manera inapropiada con menores o
con personas bajo su cuidado. Existen solo estimaciones sugiriendo que entre 3-8% del clero católico efectúa actos impropios con menores.
Tipología de sacerdotes abusadores: El enfoque sobre Conductas de Apego (Bowlby,1988) fue utilizada por algunos analistas para explicar la paidofilia
en el clero. Se entiende por conducta de apego cualquier forma de conducta que resulta en que una persona logre o mantenga
proximidad con algún otro individuo claramente definido ,quien es concebido como mas capaz de afrontar al mundo. Es mas obvio
cuando una persona está atemorizada, fatigada o enferma y es aliviada mediante
el ser confortada y cuidada.
Bartholomew y Horowitz (1991) identificaron tres tipos de apego relevantes
para la explicación de la conducta paidofílica: el Apego: (a) Preocupado; (b)
Destitutivo y (c) Temeroso. Sus respectivas características se detallan a continuación:
a. Apego Preocupado: Poseen una visión negativa de si mismos y una visión
positiva de los asociados íntimos. Despliegan un alto grado de ansiedad y bajos niveles de evitación. Su angustia se origina
de un fuerte deseo de cercanía (baja evitación), aunada a un miedo al rechazo ( una firme creencia de que el Sí Mismo es inaceptable). Mayor riesgo para establecer relaciones en las que los límites entre
lo personal y los profesional se tornan borrosos. Cuando un sacerdote asume tal posición en una relación con un menor vulnerable,
que puede o no tener una historia de apego comprometido, la posibilidad de una violación de los límites, debido al impacto
de su rol fiduciario, incrementa significativamente.
b. Apego Destitutivo: Mantienen una autoimagen positiva y ven negativamente
a los demás (Griffin y Bartholomew, 1994). Abiertamente, estas personas despliegan bajos niveles de angustia relacionada con
el apego y tienden a evitar intimidad e interdependencia. Esta pauta de evitación es construida sobre una expectativa de que
otros no son dignos de confianza. Su autoconcepto positivo es mantenido viendo a los demás como incapaces de responder adecuadamente
a las necesidades expresadas. La fuerte convicción de que el Sí Mismo es valioso
equipa a estas personas con la capacidad de ser conscientes de sus necesidades instrumentales, aunque quizás no de sus necesidades
emocionales.
Los sacerdotes con apego destitutivo son proclives a poseer una organización de personalidad narcisista que puede incluir
considerables rasgos sociopáticos. Su capacidad limitada para identificar necesidades emocionales hace posible que ellos reposen
en el uso de la compartimentalización como una defensa primaria contra el dolor emocional. A menudo, estos hombres son incapaces de lograr una integración sana de su sexualidad y espiritualidad. Las necesidades
sexuales son experimentadas como impulsos biológicos vacíos de conexión emocional o intimidad. La posición narcisista de estos
hombres los impele a percibir a los demás como objetos o como medios para un fin, incrementando así la posibilidad de comprometerse
en conducta explotadora abusiva hacia los otros vulnerables. Consistente con esta posición es una capacidad profundamente
disminuida de empatía.
c. Apego Temeroso: Tienen
una visión negativa de sí mismos y de sus Otros íntimos. Exhiben altos niveles de angustia de apego y evitación. Aunque ellos
desearían relaciones estrechas, su evitación de la intimidad es impulsada por un temor al rechazo y al abandono. Las personas
temerosas se ven a sí mismas como no merecedores de cuidado y preocupación, y creen que tienen poco valor intrínseco para
los demás. Similar mente, perciben a los demás cono no interesados e inasequibles
o como incapaces de ofrecer ayuda. Esta constelación de creencias contribuye a un estado crónico de miedo y angustia. Las
personas temerosas experimentan una permanente devaluación de sí mismas que resultan en una incapacidad para identificar y reconocer necesidades básicas. De este modo,
cuando encaran una desgracia, es posible que las necesidades no sean definidas
y experimentadas como angustia inespecífica y generalizada. La expectativa de
que los demás sean inasequibles e indiferentes exacerba aún más esta situación.
De este modo, tienden a mantenerse silenciosos acerca de cualesquiera vagas necesidades
que puedan tener.
Los sacerdotes que tienen un apego temeroso tienden a objetivar tanto
el sí Mismo como al Otro. Se ven a sí mismos en una forma mecanística y casi autística. Creen que ellos están para "hacer
y servir", y dirigen poca atención hacia su vida emocional y espiritual. Su expectativa
es que los demás están aquí para tomar algo de ellos pero para raras veces
dar. Su vida de relación está a menudo marcada por experiencias de abuso y descuido,
y éstas se tornan las claves con las que ellos se comprometen con los demás. Buscan desesperadamente apoyo de otros menos poderosos que no les harán daño.
Una extensa investigación empírica ha demostrado que los violadores de
niños exhiben una capacidad comprometida para la intimidad y déficits en su apego seguro.
Grupos de clérigos que abusaron sexualmente de jóvenes: Una tipología
alternativa fue elaborada por Camargo
y Loftus (1993), quienes identificaron cuatro grupos de clérigos abusadores y los caracterizaron como sigue:
1. Grupo "sexual de juventud": Clérigos masculinos involucrados sexualmente con jóvenes también designados como "grupo de edad inapropiada". (N= 117), pertenecientes
a un status socioeconómico mas bajo, predominantemente detectados entre Sacerdotes
Católicos diocesanos, con altos puntajes en
Pasividad y bajos en Ira y puntajes bajos en Hipocondría, Depresión, Masculinidad, Obsesividad-Compulsividad, Introversión
Social y Ansiedad. Los resultados señalan la posibilidad de distinguir entre abusadores de jóvenes y los otros grupos de abusadores
y el grupo de control.
2. Adultos heterosexuales involucrados exclusivamente con adultos ( N=133).
3. Homosexuales adultos involucrados exclusivamente con homosexuales adultos (N= 121).
4. Bisexuales (N= 138).
5. Controles: Sin actividad sexual o con actividad sexual no especificada
( N= 140).
No obstante la información arriba reseñada, cabe anotar que los esfuerzos
para la caracterización psicológica de clérigos abusadores han tenido un éxito limitado, debido en parte a la variedad de
tal abuso. Estos episodios involucran tanto conducta heterosexual como homosexual, y el maltrato de niños y de adultos. Entre
otras posibilidades, un esquema identifica lo que podría considerarse como abusadores "pasivo/neuróticos” y abusadores
" Iracundos/impulsivos". Otro marco de referencia distingue seis tipos diferentes, pero aún no sabemos cómo reconocer cualquiera
de estos clérigos antes de que hagan daño. (Hands, 1992).La aplicación de rótulos psicológicos y psiquiátricos no ha demostrado
ser útil, porque aunque tal conducta es inaceptable, los casos individuales a menudo revelan muchas circunstancias únicas (si no trágicas) que también influencian a las personas promedio. (Lebacqz y Barton,1991).
Este es un problema que parece estar incrementándose y claramente demanda estudio y acción continuados.
Nivel Grupal:
Se discute a continuación un conjunto de factores (Frawley, 2004) que
parecen influenciar a nivel grupal en la conducta paidofílica:
1. Clericalismo: Como parte
de su formación, muchos sacerdotes han recibido el mensaje de que ellos constituyen
una cepa aparte de los demás hombres, superiores a ellos y merecedores de deferencia y gran reverencia. Los sacerdotes,
buscando consciente o inconscientemente una sensación de empoderamiento y masculinidad podían alimentar sus necesidades narcisistas
enfocándose en su poder espiritual y eclesiástico así como en su lugar iconizado en la comunidad.
Algunos obispos y cardenales se sienten dignos de ser tratados diferentemente
de los hombres "ordinarios" sobre quienes se les ha enseñado a reinar. Pueden llegar a pensar que la regla de la ley no se
aplica a ellos y que, como realeza clerical, no necesitan inclinarse ante las demandas de las autoridades seculares o ante
los laicos. El clericalismo puede impedir que los miembros de la jerarquía experimenten una necesidad de responder abierta
o eficazmente ante el abuso sexual en sus diócesis.
2. Selección de expertos: Cuando selecciona expertos, la jerarquía ha
tomado un enfoque insular. Generalmente escogen entre sus personas cercanas,
entre aquellos que ellos conocen o entre aquellos con quienes han trabajado antes.
Consciente o inconscientemente, los obispos seleccionan consejeros que, por status o experiencia, llegan a ellos con deferencia
o respeto. Ellos no siempre son las voces que ellos necesitan escuchar para ayudarlos a responder ante el abuso sexual.
3. Institucionalismo vs. pastoralismo: El poder centralizado y el reposar
en expertos-usuarios-amistosos intersecta con un compromiso profundamente incrustado
para evitar, casi a cualquier costo el "traer escándalo a la Iglesia". Por demasiado tiempo, la jerarquía ha tratado de ocultar
mas que describir abiertamente y confrontar la creciente crisis relacionada con
los abusos sexuales. Al final, ellos solo escandalizaron a la Iglesia aún más. Crecientemente, los obispos americanos han
actuado como "gerentes de sucursal para una corporación religiosa multinacional", (Felder y Heagle, 2002) mas que atendiendo
pastoralmente a sus hermanos sacerdotes y a sus feligreses sufrientes.
Nivel Organizacional
Se incluyen aquí factores (Frawley, 2004) vinculados con: (a) La centralización
del poder;(b) Las normas del Derecho Canónico; (c) Rechazo por la Modernidad, (d) La escasez de sacerdotes; (e) La inadecuada
selección de postulantes al clero ( f) El sistema de creencias; y, (g) Secretismo
y encubrimiento
1. Poder Centralizado: La Iglesia Católica está organizada como una monarquía
masculina y medieval. Dentro de esta monarquía, los cardenales son los príncipes y los obispos los lores, que responden únicamente
ante el Papa. El disenso ha sido silenciado por la congregación Vaticana de la Doctrina de la Fé mediante procesos experimentados
como humillantes por aquellos que fueron censurados. (Mc Brien, 1998, Aldwoerth, 2002, Paul son, 2002b; Wills, 2002).
Esta estructura jerárquica engendra procesos psicológicos que aíslan a
los obispos y cardenales de la influencia desde abajo. En lugar de ello, ellos miran
a su propia jerarquía en busca de aprobación y con poco proclives a poner a la vista cualquier tipo de desgracia en
su diócesis. El secreto acerca de los problemas proclive a evocar disgusto de sus "padres" eclesiásticos es un producto predecible
de la estructura de poder de la Iglesia. No están aculturados hacia la transparencia en la toma de decisiones, la ventilación
publica de problemas dentro de la diócesis,o la consulta con los "outsiders" que
podrían haber recomendado pasos diferentes a los tomados en muchas diócesis cuando un sacerdote abusó sexualmente de un joven
o un superviviente de mayor edad emerge con quejas de años atrás.
2. Normas de Derecho Canónico:
La Iglesia (Rodríguez, 2000) se percibe superior y autónoma, en materia
de delitos y justicia, ante las demás autoridades legítimas del mundo y busca salvaguardar los intereses de la institución
y de sus representantes, manteniéndose al margen de las leyes legítimas y de los procedimientos judiciales de los estados.
Las leyes canónicas (Rodríguez, 2002)
interpretan las conductas sexuales de miembros del clero como pecados
secretos, prescriben procedimientos que tienen como finalidad evitar el escándalo y amonestar el pecador, llevando a políticas
pastorales que se traducen en cambiar a los transgresores de parroquia, de diócesis y hasta de país. Aún los documentos mas
recientes del Papa tienden a conservar esta política de la reserva, del secreto y de la exclusividad del juicio reservada
a la Congregación para la Doctrina de la Fe, obligando a todos los episcopados del mundo a informar, bajo absoluto secreto,
de los casos de abuso sexual protagonizados por sus clérigos.
3. Rechazo por la Modernidad: Cuando Pio IX (1903-1914) emitió la encíclica
papal Pascendi Domenici Gregis (Papa Pio IX, 1907) se dirigía a los obispos para
vetar las obras modernistas de los seminarios; a prohibir a los fieles el leer escritores modernos; y a prohibir al clero
que se reuniesen en grupos para evitar que las ideas modernas infectasen las discusiones. (pp. 50,52,54). Eventualmente, todo
sacerdote era requerido de prestar un Juramento contra el Modernismo en la Ordenación. El juramento no fue descontinuado hasta
1967 (Cozzens, 2002).
El Vaticano II, sin embargo, abrió
las puertas de la Iglesia Católica a la ciencia, las ciencias sociales y la tecnología. Los católicos, y hasta los sacerdotes,
podrían estudiar cuestiones modernas; eran advertidos únicamente de integrarlas con su fe y
a su vez, de traer la fe dentro de sus propósitos. El clero y los voceados hombres y mujeres religiosos eran alentados a estar en el mundo tanto como fuera
de él y hasta comenzaron a lucir mas como sus congéneres humanos a medida que los sacerdotes cambian las sotanas por pantalones
y las monjas dejaban sus velos y tocas. Fue apabullante para la comunidad católica cuando el Papa Paulo VI (1968) cerró de un portazo las puertas de la Iglesia a la anticoncepción artificial. Aparentemente, el sexo fue
un área de la vida en la que los católicos iban a permanecer disociados de los modernos desarrollos de las ciencias sociales
y la tecnología, así como de sus propias consciencias.
El Papa Juan Pablo II fue un papa conservador. Urgió a los obispos a asegurar
que los seminarios y escuelas católicas y los docentes de las universidades enseñaran solo de acuerdo con las enseñanzas oficiales
de la Iglesia. Los maestros en instituciones católicas una vez mas se esperaba que firmaran declaraciones de lealtad a las
enseñanzas de la Iglesia. (Paulson, 2002b).Todo lo antiguo, según parece, es nuevo nuevamente.
Una desconfianza internalizada hacia el empirismo, las concepciones psicológicas
y biológicas de la personalidad, especialmente acerca de la sexualidad y el género, y la devaluación de algunos aspectos de
la modernidad y gran parte del postmodernismo emanando de Roma tornó muy improbable que los obispos pudieran acceder a recursos
de la ciencia dura y las ciencias sociales para profundizar su comprensión del abuso sexual. Anteriormente a los años 80s,
por supuesto, no hubo virtualmente literatura empírica, teórica o clínica relativas
de traumas sexuales tempranos. A medida de que el cuerpo de conocimiento creció
exponencialmente después de 1984, sin embargo, demasiados obispos americanos permanecieron y permanecen aún, ignorantes o
escépticos en relación con ello.
4. Escasez de sacerdotes: Ha sido negada consistentemente por la jerarquía
católica. Un obispo que reconociera este hecho era proclive a perder el amor de sus padres espirituales y podría perder su
trabajo también. Para supervivir, tenía que unirse a la negación de un constantemente decreciente suministro de sacerdotes.
Ciertamente, un obispo en esta situación podría consciente o inconscientemente ordenar sacerdotes acerca de quienes se hubieran
expresado dudas en el seminario, o podría hacer todo lo posible para mantener sus "cifras altas" reciclando sacerdotes acerca
de quienes se hubieran entablado demandas por abuso sexual, contribuyendo así a lo que hubiera devenido en el escándalo por
abuso sexual (Gumbleton, 2002).
Rodríguez, (2002) recogió algunas creencias que denotan el conflicto entre
calidad y cantidad originado por la escasez de sacerdotes
* " Más vale
obtener un sacerdote inadecuado que ninguno"
* "Aunque éste
sea un varón inadecuado, el sacerdocio ya le cambiará al ser ordenado"
La realidad demuestra que son poquísimos, si es que los hay, los sujetos
inadecuados, cualquiera que sea su inadecuación, que cambian su inclinación por
ser sacerdotes.
5. Inadecuada selección: Las estrategias de selección de personal utilizadas
para evaluar postulantes a seminaristas han sido insuficientes para detectar casos de paidofilia. Muchos hombres inmaduros
y disfuncionalmente sexuales fueron admitidos a los seminarios. No existe evidencia de una estrecha asociación para el trabajo
en equipo de directores de seminarios, psicometristas, psicólogos organizacionales y educacionales que hayan unido esfuerzos
para producir instrumentos de selección válidos confiables y estandarizados.
6. Sistema de creencias: La
cultura organizacional de la Iglesia Católica contiene un conjunto de creencias que influyen en las actitudes y conductas
de sus miembros y que incrementan la probabilidad de ocurrencia de una conducta paidofilica.
a.
Paidofilia: delito, pecado o trastorno psicopatológico. Los obispos y los sacerdotes consideraron por siglos que los
sacerdotes que violaban niños no eran criminales sino simplemente pecadores. (Goodstein, 2004). Sin embargo, en los Códigos
Penales de las Sociedades Modernas el abuso sexual de menores es considerado un delito. Adicionalmente, este tipo de conducta
está considerado como una categoría nosológica en Psicopatología e incluida en el DSM-IV-TR,(2000).
b.
Temor al sexo: Se relaciona con una interpretación de escrituras que se
conforman con las necesidades de un sistema temeroso del sexo, autoritario, patriarcal, jerárquico, rígido y basado en la
fe que desplazaron la visión reformista original de Jesús de un grupo de creyentes
igualitario y comunitario.
c.
Mentalidad conspiranoica (Rodríguez, 2002): Creencia de que el escándalo público es peor que la deshonestidad y que
el continuo abuso de los niños. Cuan do la Iglesia se siente criticada, en lugar de afrontar los reproches y cambiar lo que está mal, se encierra siempre bajo una coraza de victimismo hacia sí misma y agresividad
para con el resto del mundo.
Creencias como las arriba descritas
pueden actuar para generar actitudes benévolas y defensivas ante
casos de abuso sexual de menores.
7. Secretismo y encubrimiento: Los factores que redujeron la posibilidad de que saliesen a la luz (Steinfels, 2002,
2004) los abusos en serie de los sacerdotes fueron los siguientes:
a. Los sacerdotes abusadores
y sus superiores operaban dentro de una cultura clerical autoprotectora y cerrada.
b. Los sacerdotes
se movían de un puesto a otro sin un proceso abierto de indagación, entrevista y evaluación que era característica de muchos
otros grupos religiosos así como de nombramientos profesionales.
c. Una poderosa aura
de estar consagrado rodeaba al sacerdocio católico. Esa aura de la cultura clerical
autoprotectora tornó las cuestiones de responsabilidad y responsividad ética aparentemente innecesaria.
El secretismo y el encubrimiento
(Rodríguez, 2002) se plasman en un patrón o modelo de conducta de la Iglesia Católica en casos de abusos sexuales a menores,
que comprende los siguientes pasos:
1.
Averiguación discreta de los hechos: Se encarga la indagación a subordinados de confianza, de quienes se recibe un
informe oral.
2. Inicio de acciones disuasorias con el agresor y la víctima: Que comprende una amonestación
privada del cura abusador en dos direcciones:
a. Para que deje de realizar la conducta inapropiada.
b. Para que la realice con la máxima prudencia: "Si lo sigues haciendo,
procura que no pueda trascender, no abuses siempre de los mismos ni en el mismo lugar y hazlo lo más lejos posible de esta
diócesis".
Asegurarse
el silencio de las víctimas bajo el formato del sacramento de la confesión: ni
el prelado ni la víctima pueden revelar el contenido de lo confesado. Si no se logra el encubrimiento por la confesión, los
prelados prometen a las víctimas y a sus familias que el abuso no se reproducirá porque el sacerdote ya está arrepentido.
Por añadidura, culpabilizan a las
víctimas como coautoras de un pecado muy grave a los ojos de Dios. Los coaccionan enfrentándolos al daño que podrían hacer
a la Iglesia si el hecho trascendiese y presentan cualquier denuncia ante la autoridad civil como inútil.
3. Encubrimiento del
agresor y de los hechos antes de que afloren: Involucra el pagar una
indemnización en dinero favores, servicios o privilegios con la familia de la víctima, o coaccionar a la víctima y familia, quitándole los servicios que ya disponía, tales como expulsar a un menor de un
colegio. En esta etapa aparece la necesidad de decidir si trasladar o no de parroquia al sacerdote.
4.
Toma de medidas para reforzar el ocultamiento: Las acciones pueden consistir en trasladar de parroquia o a otro país
del tercer mundo y abrir expediente canónico al infractor, que puede quedar paralizado por tiempo indefinido y solo se activa
cuando surge una fuerte presión social o mediática. Sobre el sacerdote y sus abusos o tras haberse iniciado un proceso judicial
ante la jurisdicción penal civil.
5.
Negación de los hechos cuando se hacen públicos: Consiste en manifestar que: "Las acusaciones son falsas y representan
una infamia" y en recurrir a la explicación derivada de la Teoría de la Conspiración:
“Todas son mentiras de los enemigos de la Iglesia".
6. Defensa pública
del agresor sexual y atribución de méritos: Se pregona aquí el buen servicio
a la Iglesia que siempre ha realizado el Padre XXX hasta la fecha.
7.
Descalificación pública de la víctima y de su entorno: Convocan la ayuda de abogados, periodistas y fieles afines definiendo
a la víctima y su entorno como el enemigo a abatir.
8.
Atribución paranoide de las acusaciones a campañas orquestadas por "enemigos de la Iglesia " y calificación de la víctima como un pobre diablo que difama
a la Iglesia por inconfesables ambiciones personales.
9.
Posibilidad de negociación con la víctima: Puede recurrirse a la indemnización cuando el escándalo ya es más o menos
público, o a negociar la retirada de una querella ya presentada si esta acción se ha realizado discretamente. Si ya hay escándalo
público, la Iglesia no suele querer negociar porque su intención al indemnizar a una víctima no es la de compensar su sufrimiento
sino la de acallarla para que la imagen de la Iglesia no sea cuestionada.
10. Protección
del abusador sexual: En esta etapa se procura brindar la máxima protección al
cura abusador, incluyendo eventualmente su desplazamiento a un país lejano "por
motivos terapéuticos". Si es encausado, se le brinda asistencia letrada y se
le provee de los medios para enfrentar las acusaciones.
El esquema arriba descrito sugiere la existencia de un conjunto de procedimientos
organizacionales usualmente destinados a hacer frente a cualquier peligro que un caso de abuso sexual pudiera ocasionar a la imagen interna y externa de la Iglesia Católica.
EXTRAORGANIZACIONAL
Se incluyen aquí factores tales como los siguientes :
a. El Poder e influencia de la Iglesia Católica en la comunidad, variable según el contexto político de cada país y la condición mayoritaria o minoritaria
del Catolicismo en comparación con otras denominaciones. En el caso de la sociedad
norteamericana, los católicos son minoría, pero la Iglesia Católica Norteamericana es
la mayor contribuyente al presupuesto mundial del Vaticano.
b. Eficacia, eficiencia e independencia
de los tribunales de justicia: Se refiere al grado de imparcialidad y objetividad de los jueces y a la celeridad de los procedimientos
judiciales. Se estima que cuanto más intensamente influya la fe católica en el criterio de un juez, menor será su independencia
de criterio y más benevolente será su actitud hacia sacerdotes infractores.
ABUSO SEXUAL DE MENORES
El Informe del John Jay College
of Criminal Justice (Formicola,2004) es uno de los intentos de enmarcar el problema del abuso sexual clerical dentro de cifras
concretas. Según sus hallazgo, hasta el 25 de febrero del 2004:
* 4,392 clérigos habían sido acusados de abusar sexualmente de 10,667 personas entre 1960 y 1984
* Esta cifra
representa el 4% de los sacerdotes activos.
* 3 a 6% de
los 45,000 sacerdotes católicos USA registran patología seria en su relación con menores.
* Mayoría de
víctimas de abuso sexual oscilan entre 11 y 14 años.
RESULTADOS
* En 6% de los
casos los clérigos recibieron una reprimenda y fueron retornados a su ministerio.
* En 10% de
las demandas no se inició ninguna acción contra los sacerdotes.
CONSECUENCIAS
El abuso sexual de menores
por parte de clérigos ha generado una crisis: (a) Financiera (b) Psicológica y de Salud Pública; (c) De Relaciones Públicas;
(d) Teológica; y ha constituido (e) Una Ocasión de Cisma.
1. Crisis Financiera: El
costo financiero asciende a US DLS. 573 millones, aparte de los 85 millones de dólares pagados por la Diócesis de Boston y
a los $219 millones cubiertos por seguros. El caso más clamoroso se relaciona con las informaciones divulgadas por The New
York Times y The Boston Globe , que confirmaron rumores de que la arquidiócesis de Boston había llegado a un arreglo en relación
con 50 demandas contra el Padre Joseph Geoghan que ascendían a 10 millones de dólares por incidentes de paidofilia desde 1962
hasta 1995,revelando un cuadro de sacerdotes depredadores y una jerarquía que simplemente rehusaba confrontarlos y detenerlos.
A ello se agrega la reducción de donaciones a la Iglesia. 20% de los Católicos asistentes a la Iglesia expresan que han dejado
de contribuir con dinero a su diócesis. Uno de cada nueve ha reducido su contribución a su parroquia (Encuesta Gallup comisionada
por la Fundación de Donantes Interesados en Actividades Católicas (FADICA).Los feligreses quieren saber cuánto dinero han
gastado los obispos para llegar a acuerdos respecto a acusaciones por abuso sexual, y cuánto dinero se ha de gastar por tales
demandas en el futuro..Hasta que haya mas transparencia en las finanzas de la iglesia, parece que un número significativo
de Católicos practicantes reducirá el apoyo financiero a la Iglesia. Francis J. Butler ,presidente del FADICA le expresó al
New York Times (9 de noviembre) que su organización había comisionado la encuesta Gallup para persuadir a los obispos sobre
la importancia de hacer público el costo total de los casos de abuso. Hasta ahora, solo el Cardenal William Keeler de Baltimore
había revelado tal información. "Los obispos tendrán problemas si piensan que pueden continuar manejando las cosas como si
fueran barones multimillonarios," dijo Butler. La Arquidiócesis de Boston encara una posible bancarrota. David W. Smith, el
gerente financiero de la arquidiócesis de Boston anunció la decisión de la arquidiócesis de hipotecar el terreno de 16 acres
de su cancillería y la residencia del cardenal en la línea Boston-Newton para tomar prestado 38 millones de dólares de los
Caballeros de Colón.
2. Psicológica y de Salud Pública: Se manifiesta en los sentimientos y
problemas de los menores víctimas de abusos sexuales del clero (Rodríguez, 2002), que incluyen:
a) Interferencia en el desarrollo
natural, normal y saludable de la sexualidad del menor.
b) Alteraciones emocionales
de las víctimas.
c) Pérdida de confianza y
seguridad en sí mismos y en los demás
d) Serio daño a la autoestima
e) Sentimientos de vergüenza
y culpabilidad.
El daño depende de la edad que tenga la víctima, el tipo y duración del
abuso,la relación con el abusador y el apoyo emocional facilitado por la familia.
3. Crisis de Relaciones Públicas: Que involucra los problemas de pérdida
de imagen pública y de credibilidad entre propios y ajenos.
4. Crisis Teológica: La conducta paidofílica clerical entra en colisión
con la admonición de Cristo en relación con quien diera escándalo a un niño. Lanzó una grave advertencia a quienes llevasen
a los niños por mal camino, diciendo que a esa persona "más le convendría que le colgasen al cuello una rueda de molino y
lo sepultaran en el fondo del mar" (Mateo 18, 6).
David Coles, Obispo Anglicano de Christchurch, Nueva Zelanda, (Coles,2002)
señala que el ultraje público sobre abusos sexuales, y los esfuerzos de los líderes de la iglesia para afrontar estos asuntos,
conducirán y alentarán una muy necesaria reflexión teológica sobre el cuerpo. Esto involucrará “…un reconocimiento
de que la sexualidad humana" no es una parte periférica sino esencial de nuestra experiencia de la divina presencia en la
vida humana". Agrega Coles que:
El desarrollo de una positiva Teología del Cuerpo como un don de Dios
requerirá un claro viraje de una visión utilitaria y degradada de la sexualidad que frecuentemente conlleva mensajes de pecado
y culpa. Visualiza la necesidad de "deshacer" las premisas patriarcales atrincheradas en la teología y la ética sexual y repensar
las relaciones sexuales a la luz de aquel amor divino que nos ha sido mostrado en el ofrendarse de Dios en Cristo y reflejado
en la unidad de las Personas iguales dentro de la Trinidad.
-Coles, 2002
Las enseñanzas que deja la crisis de abuso sexual (Lakeland,2005) pueden
también enseñar a la iglesia algo acerca de lo que implica la teología académica ,y que la responsabilidad moral del teólogo
como educador es la de modelar una crítica de la realidad eclesial al servicio de una iglesia adulta y responsable.
5.Ocasión de Cisma: La crisis ha ocasionado divisiones dentro del clero
y entre el laicado y sus pastores.
En el Clero: Se han observado diversas reacciones de frustración en sectores
del clero norteamericano. Schuth (2004) señaló que los sacerdotes están profunda y negativamente afectados por el escándalo
sobre el abuso sexual., y que 64% desaprueban la manera como los obispos manejaron las denuncias de abuso de niños.
Otros sacerdotes señalan la emergencia de un deterioro de las relaciones
entre sacerdotes y obispos debido a que perciben que los obispos no encaran las consecuencias del escándalo. El incremento
de la división se debe a la forma como los sacerdotes comprenden su sacerdocio. Dos modelos de sacerdocio: cúltico (preferencia
por el status) y de servicio (preferencia por la función). Ser a la vez un miembro
de los fieles en necesidad de ministerio y también un sacerdote ordenado para ministro. El desafío para el sacerdote es guardar
su propia integridad mediante una integración madura de ambos roles. Los sacerdotes prefieren invariablemente una dimensión
de su identidad sobre la otra.
En el Laicado: Las reacciones detectadas fueron:
a) Masiva pérdida de confianza
en sus líderes.
b) Experimentan sentimientos
de ira y sienten su fe sacudida.
c) Destrucción de años de
labor pastoral en unos pocos meses.
d) Revela la verdadera condición
de la Iglesia Americana: no un invernadero de secretos sexuales, sino una iglesia trágicamente carente de liderazgo y aparentemente
indiferente ante el desperdicio de los dones del laicado católico mejor educado y mas completamente comprometido en la historia
de la Iglesia.
e) Reducción de donaciones a la Iglesia Católica: 4% de los católicos
menos proclives a contribuir a la Iglesia y a sus misiones por causa de la decepción en el manejo de los casos de abuso sexual.
f) La imagen pública del escándalo comprende percepciones de: Que un gran
número de sacerdotes han estado depredando viciosamente a menores. Que las autoridades de la iglesia han estado facilitando
estos crímenes reasignando a violadores de parroquia en parroquia, a pesar de las quejas.
Que la Iglesia ha estado rechazando a las víctimas mediante tácticas legales en lugar de ofrecer cuidado pastoral.
Que la Iglesia Católica ha estado comprometida en un encubrimiento masivo, ocultando casos de las autoridades legales
y transando en demandas por lo bajo.
g) Frases usadas en las noticias de los periódicos: "Llevando y trayendo
paidofílicos de una parroquia a otra", "Bloqueando las demandas de las víctimas",
"Comprando silencios".
Puede establecerse una analogía con la visión con la que el escritor Vaclav
Havel describía la actitud conformista (Vivir una mentira) existente en la Checoeslovaquia
comunista: Una condición tan sutil y tan inconsciente que aquellos que viven una mentira pueden no captar el subterfugio ordinario
en el cual ellos desenvuelven su vida diaria. Havel escribe: "Los individuos
no necesitan creer todas estas mistificaciones (el se refiere al Sistema Soviético
y a la ideología comunista), pero ellos deben comportarse como si lo creyeran, o deben por lo menos tolerarlas en silencio,
y llevarse bien con aquellos que trabajan con ellos. Por esta razón, sin embargo, ellos deben vivir dentro de una mentira.
No necesitan aceptar la mentira. Es suficiente para ellos el haber aceptado su vida con ella y en ella. Porque por este mismo
hecho, los individuos confirman el sistema, satisfacen el sistema, hacen el sistema, son el sistema".
ACCIONES PROPUESTAS Y LOGROS OBTENIDOS
Ante la crisis arriba descrita, diversos sectores del clero y del laicado han reaccionado demandando cambios en los procedimientos establecidos para
abordar el problema del abuso sexual de menores.
Cabe resaltar pronunciamientos tales como los provenientes de:
a. (Abril 2002) Discurso
del Papa a los Cardenales de Estados Unidos y Funcionarios de la Conferencia, calificando al abuso sexual de los jóvenes como siendo "en todos los sentidos equivocado y justamente considerado como un crimen
por la sociedad; es también un espantoso pecado a los ojos de Dios".
b. (Mayo 2002) Declaración de los
Obispos de Chile sobre Abusos Sexuales.
c. (Junio 2002):El Estatuto
para la Protección de Niños y Jóvenes, elaborado por el Comité Ad Hoc sobre Abuso
Sexual de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos en Dallas.
d. (Septiembre 2003) Política Diocesana de la Diócesis de Monterrey, México, contra la mala conducta sexual.