Los crímenes en contra de los niños y de quienes encubren a los victimarios;
su constitución fundamental hacia el fin de los tiempos.
por Luis González
“En
verdad os digo que cuanto hicisteis
a uno de estos hermanos míos más pequeños,
conmigo lo hicisteis” (Mt. 25,
40).
“El que reciba en mi nombre a un niño como
este, a mí me recibe.
Pero al que escandalice a alguno de estos pequeños
que creen en mí,
mejor le fuera que se le colgase al cuello una
piedra
de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo
del mar.
¡Ay del mundo por sus escándalos!;
Es inevitable que haya escándalos;
pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el escándalo!
Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de
caer,
córtalo y arrójalo lejos de ti.
Mejor te es entrar en la vida cojo o manco,
que teniendo dos manos o dos pies ser echado en
el fuego eterno.
Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo
de ti;
mejor te es entrar con un solo ojo en la vida,
que teniendo dos ojos ser echado en el infierno
de fuego.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeñuelos;
porque os digo que sus ángeles en el cielo contemplan
sin cesar
el rostro de mi Padre celestial” (Mt.
18, 5- 11).